domingo, 2 de agosto de 2015

LIBIDO MATA IDEOLOGÍA

Por motivos laborales fue necesario que me hospedara un domingo en una ciudad distinta de la que vivo. Siendo noche de domingo las tarifas estaban muy bajas y pude reservar en un muy buen hotel, uno de esos alojamientos en que la cama parece una nube, las sabanas tienen montones de hilos por cm2 y no dan ganas de levantarse nunca.

Nada de eso tendría porque mencionarse en este blog, si no fuera porque lo único que puedo pensar entre estas sábanas es en un hombre, casado, que si por mi fuera estaría conmigo en esta cama maravillosa en este mismo momento.

Yo podría decir que después de una larga batalla interior, de sopesar los pros y los contras, de cuestionar mis principios éticos y morales, de tomar todo tipo de precauciones y por la larga e inflamatoria persecución de un hombre que se dedicó incansablemente a conquistarme, yo finalmente cedí a la tentación de un hombre casado. Pero eso no pasó, la vaina es bastante más prosaica y yo soy enteramente responsable de lo que no ha pasado pero quiero que pase.


Hace algunos meses conocí un hombre que no es para nada mi tipo, pero que me atrajo de manera inmediata. La frecuencia con la que siento una atracción como esta es tan excepcional que no se mide en años sino en décadas. Desde el primer momento pensé que podía hacer para atraerlo, y claro me quedé en blanco, yo no aprendí a coquetear, yo siempre he sido una señora muy seria.


En la última conversación telefónica que sostuvimos quedo claro para mi que hay posibilidades. Ojala no la embarre y pase lo que estoy deseando.

No hay comentarios:

Publicar un comentario